jueves, 22 de septiembre de 2011

Volando.


Sentada en el asiento trasero de su auto, la muchacha miraba por la ventanilla, perdida en sus pensamientos. 

El sol del desierto pegaba en su rostro, con fuerza, como intentando atemorizarla con su grandeza, y un patrón interminable se veía a través de ese vidrio... árbol, arbusto, árbol, arbusto…  pero ella ni siquiera se percataba. 

Su mirada estaba lejos, y un asomo de sonrisa se le escapaba.

                                                                                                                   
¿En qué estaría pensando? 

Nunca sabré exactamente, pero seguro estaba volando, extrañándolo con alegría, esperando el momento de verle. Sí, de verle a él…


No hay comentarios:

Publicar un comentario